Problemas asociados al buceo profundo con equipo SCUBA
Alguna vez durante una clase me preguntaron: “¿qué es lo que limita a una persona para hacer buceos más profundos?” En realidad son muchos factores, algunos dependerán del lugar donde se hará la inmersión: en el mar o en una cueva; agua salada o dulce; altitud o a nivel del mar. Pero en general podemos listar ciertos factores que hacen del buceo profundo una actividad de mayor riesgo y factores que limitan a los humanos para ir a mayores profundidades.
Narcosis por Nitrógeno
El principal problema al que se enfrentan los buzos que intentan ir a profundidad es la narcosis por nitrógeno. Este gas inerte afecta directamente al sistema nervioso central cuando es respirado a altas presiones. Algunos de los síntomas son: euforia, exceso de confianza, visión de túnel, ideas fijas, entumecimiento o disminución en la habilidad motriz, disminución en la capacidad de pensar claramente, adormecimiento, pérdida de la memoria y otros síntomas similares a la intoxicación por bebidas alcohólicas.
Mayor consumo y suministros de gas respirable limitado
A mayor profundidad los buzos son expuestos a una mayor presión ambiental, aumentando una Atmósfera/bar de presión por cada 10 metros de agua salada. A mayor presión ambiental la densidad de los gases aumenta y por lo tanto cada vez que el buzo respira requiere un mayor volumen de gas. Este factor determina que el consumo de un buzo a profundidad sea mayor que en la superficie. La capacidad de los equipos de buceo y del buzo como tal es limitada para llevar consigo todos los tanques necesarios para realizar inmersiones profundas.
Riesgos por enfermedad de descompresión
En la medida que los buzos alcanzan mayor profundidad la absorción de los gases inertes en la sangre y los tejidos del cuerpo es más alta. Al ascender y disminuir la presión ambiental los gases tienden a pasar de solución a estado gaseoso y el riesgo de formación de burbujas en los tejidos del cuerpo es muy alta. Esta condición conocida como enfermedad de descompresión puede causar lesiones severas dependiendo del tamaño y la ubicación de la(s) burbuja(s). Entre estas lesiones podemos listar: La osteonecrosis disbárica; el aeroembolismo y las lesiones a nivel del sistema nervioso central, que por si mismas pueden poner en riesgo la vida y requieren descompresión inmediata en cámaras hiperbáricas para su tratamiento.
En caso de presentarse una emergencia durante la inmersión y debiendo el buzo realizar paradas de descompresión obligatorias, éste no podrá alcanzar la superficie sin presentar síntomas de enfermedad de descompresión.
Intoxicación por oxígeno
El oxigeno, indispensable para la vida de los organismos, cuando es respirado a alta presión, en altas concentraciones y durante cierto tiempo puede llegar a ser tóxico. Para el buceo recreativo-deportivo y técnico se recomienda respirar oxigeno a una presión parcial de 1.4 ATA y el límite máximo es de 1.6 ATA que al ser respirado a esta presión por tan solo 45 minutos los riesgos por intoxicación son muy altos. Algunos de los síntomas de la intoxicación por oxígeno son: disturbios visuales, auditivos, nauseas, mareos y en el peor de los casos convulsiones bajo el agua.
Hipotermia
Los buzos que practican el buceo profundo por lo regular realizan inmersiones más largas cuando se les exige realizar paradas obligatorias de descompresión y por lo tanto están más tiempo expuestos a perder calor corporal. A mayor profundidad es normal encontrar menor temperatura del agua pudiendo llevar a los buzos a experimentar hipotermia. El uso de protección térmica adecuada como trajes secos es indispensable y requiere un entrenamiento adicional.
Hipercapnia
Cuando la profundidad aumenta, los reguladores y equipos presentan mayor resistencia a entregar el gas respirable al buzo lo que dispara un ciclo de esfuerzo para respirar, mala ventilación de los pulmones y el aumento del dióxido de carbono en el cuerpo de buzo. El aumento de dióxido de carbono en el organismo es un factor que facilita la intoxicación por oxígeno, aumenta el riesgo de enfermedad de descompresión y aumenta los síntomas de la narcosis. Además de causar dificultad respiratoria, fatiga y estrés.
En la actualidad, afortunadamente contamos con programas de entrenamiento, equipos y uso de gases que nos permiten realizar inmersiones profundas minimizando los riesgos.
En definitiva el buceo profundo no es para todo mundo ya que los programas, cursos e inmersiones requieren de los buzos un alto compromiso, concentración, disciplina y acondicionamiento físico.
Hoy en día los recirculadores ofrecen una opción para reducir el volumen de gases respirables que un buzo tiene que llevar consigo en una inmersión profunda, pero requiere de mayor inversión económica inicial, preparación, entrenamiento y conocimiento del equipo.
Mezclas de gases respirables como el trimix, que consiste de oxigeno, nitrógeno y helio, ayudan a los buzos a reducir la narcosis por nitrógeno gracias a que el helio es menos narcótico que el nitrógeno. Además permite jugar con los porcentajes de cada gas para alcanzar mezclas ideales en relación al oxigeno, para reducir el riesgo de intoxicación y el helio para reducir la narcosis, dependiendo de la profundidad a la que se quiere llegar.
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